jueves, 19 de abril de 2007

Tragedia abre debate sobre la tenencia de armas

El suceso ocurrido el lunes 16 de abril, en el Estado de Virginia, Blacksburg, en la Universidad de Virginia Tech's Norris Hall, debe de hacernos reflexionar sobre la gran epidemia que nos azota y que está acabando literalmente con nuestras vidas a un paso mucho más acelerado que el virus del VIH: la proliferación masiva de las armas de fuego en manos de civiles.

El estudiante Sur Coreano Cho Seung-hui, de apenas 23 años de edad, asesinó a un total de 30 compañeros en el campus universitario de dicha universidad, suicidándose luego y dejando una nota explicativa de por qué cometió el horrendo hecho, asegurando que lo hacía porque la misma sociedad lo había obligado y refiriéndose con menosprecio a los "niños ricos” de dicha universidad.

Muchos pensarán que los llamados delincuentes y pandilleros son las personas a quienes más debemos temer, quienes cometen crímenes horrendos con armas de fuego adquiridas supuestamente en el mercado ilegal.

Sin embargo, y como han demostrado las estadísticas, la mayoría de los crímenes que se cometen con armas de fuego los cometen personas “sanas” que un día decidieron comprar una arma, por ejemplo, para la protección familiar en una sociedad cada vez mas insegura como la boliviana.

Como ciudadanos conscientes estamos llamados, no sólo a reflexionar sobre estos hechos de violencia, sino a tratar de incidir a través de la opinión pública sobre la necesidad de que se regule de una manera más estricta el fácil acceso a las licencias de porte y tenencia de armas en nuestro país.

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